SEVILLA

Situada a orillas del río Guadalquivir,  
Sevilla es la ciudad más poblada del sur de España.

 

En la ciudad antigua, destacan sus patios floreados, 
ocultos por elaboradas puertas,


y sus fachadas, ricamente decoradas, y muchas de ellas 
 pintadas con el color más característico de Sevilla
el amarillo albero, típico de la tierra de esta región.  

 

Las calles de Sevilla se caracterizan por el ambiente festivo 
y por el permanente flujo de gente que entra y sale de los
 múltiples bares de tapas en el barrio de Triana o en Santa Cruz. 


El flamenco y las corridas de toros en La Maestranza
 también forman parte de la idiosincrasia de los sevillanos. 


Pasear por los jardines de los Reales Alcázares


cruzar el río para visitar el alegre barrio de Triana,

 
 
aspirar los aromas del barrio de la Judería,

 
 
recorrer el Parque de Maria Luisa,


perderse en la inmensidad de la Plaza de España,


disfrutar de un precioso atardecer junto a la Torre del Oro, 


o subir a la Giralda 


(nombre que recibe la torre de la Catedral de Sevilla
desde donde se disfruta de unas 
espectaculares vistas de la ciudad,


son algunas de las cosas que no pueden dejar de hacerse 
 en esta hermosa ciudad. 


Los romanos conquistaron la región 
y fundaron la colonia de Itálica
de la que todavía se pueden visitar sus ruinas, 
en el cercano pueblo de Santiponce


El lema de Sevilla, presente en
numerosos puntos de la ciudad, 
es el «NO8DO», teniendo el 8 forma 
de madeja de lana, por lo que se leería «No-madeja-do»,
queriendo decir
«No me ha dejado». 

Cuenta la leyenda que este lema lo creó Alfonso X el Sabio y lo cedió a la ciudad de Sevilla por la lealtad que ésta le prestó al rey en su guerra contra su hijo,
Don Sancho, en el siglo XIII.
Sus orígenes se unen a la civilización de los tartesos
 y, según la leyenda, 
Sevilla fue fundada por Hércules. 

En la época del Imperio Romano  
se le denomina Híspalis y bajo el 
dominio musulmán recibe el 
nombre de Isbiliya.

Pero es tras el descubrimiento de América cuando Sevilla vive su época de mayor auge, siendo el caudal de entrada de todo lo proveniente del Nuevo Mundo.

A lo largo de la historia
Sevilla ha sido sede de dos ferias mundiales: 
la Exposición Iberoamericana de 1.929 
y la Exposición Universal de 1.992.